Si pensaste que la ventaja que tiene China en la fabricación es por causa de la manipulación de su tasa de cambio o por el robo de tecnología extranjera, hay que ver la película ‘American Factory’.
Sea cual sea la importancia de un yuan bajo, o el robo de tecnología, en la dominación china de la fabricación, esta película muestra que, aunque no existieran estos factores, todavía China tendría una ventaja muy grande en la fabricación en relación con EE. UU y con otros países desarrollados del Occidental. ¿La razón? El sueño húmedo de cada capitalista de derecha en el mundo- una maniobra disciplinada y obediente, solamente con sindicatos falsos para representarse.
American Factory es la historia de una fábrica que era propiedad de GMH en Dayton, Ohio. Cerró después del CFG y 10.000 trabajadores perdieron sus trabajos. En 2014 una empresa china, llamada Fuyao, que fabrica vidrio, compró la fábrica comprometiéndose a la inversión y a la creación de empleo. Fuyao, y su dueño Cao Dewang, conocido como Chairman Cao, recibió alabanza eufórica y más de $6 millones en subsidios por parte del gobierno de Ohio.
Los trabajadores de la nueva fábrica están compuestos de americanos y chinos. Los salarios son menos de la mitad que los trabajadores americanos habían recibido cuando eran empleados del GMH. Y hay una cultura de trabajo muy diferente entre los trabajadores americanos y chinos. No es que los americanos sean trabajadores de mal grado. Es gente muy trabajadora. Pero los americanos tienen esperanzas de que les paguen cuando trabajan tiempo extraordinario y de otras condiciones de trabajo que puedan ser consideradas normales por trabajadores en países desarrollados.
Pero los chinos suelen estar más en forma, ser más rápidos y están preparados para trabajar durante muchas más horas que sus homólogos estadounidenses. También están mucho más integrados en la “cultura” de la empresa. La película demuestra que también sufren la explotación al tener que pasar largos períodos fuera del hogar y de la familia sin recibir un pago adicional. Pero parece que estos trabajadores no tienen mayores expectativas.
Una visita de algunos de los trabajadores americanos a una fábrica de Fuyao en China demuestra una disciplina cuasi militar por parte de la mano de obra allí. Tienen un sindicato. Pero es un sindicato falso dirigido por un miembro de la familia de Chairman Cao y dominado por el partido comunista de China. Cuando surgen problemas de seguridad en el proceso de trabajo y otros asuntos laborales en la fábrica en Daytona, una parte de la mano de obra Americana empieza a militar a favor de un voto sobre la sindicalización de los trabajadores allí. Chairman Cao y la herencia de la empresa gastan más de $1 millón en la contratación exitosa de los servicios de asesores que se especializan en actividades antisindicales. Una mayoría de los trabajadores votan en contra de la sindicalización y unos de los que militaban a favor de un sindicato son eventualmente echados de la empresa.
La naturaleza obediente de los trabajadores chinos no quiere decir que les falta iniciativa o capacidad en el trabajo. Al contrario, está claro que son muy capaces como trabajadores y tienen orgullo en su trabajo. Unos de los trabajadores chinos critican a sus colegas americanos- como hace también Chairman Cao. Se dice que ningunacantidad de capacitación parece mejorar a los trabajadores americanos. La gerencia de Fuyao dice abiertamente a los chinos que son mejores que los Americanos. La crítica de los trabajadores americanos llega hasta la acusación de que tienen dedos muy gordos hecho que supuestamente impide la eficiencia y que pueda ser resultado de un mas alto nivel de obesidad entre ellos.
No importa si la obediencia de los trabajadores chinos es el resultado del gobierno del partido comunista, fervor nacionalista o es un legado de siglos de ideología del confucianismo a favor del trabajo duro y la conformidad con la autoridad. Cualquiera sea la causa, la cultura explotadora le da a China una ventaja competitiva aparentemente insuperable en la fabricación.
El éxito relativo del modelo chino para el desarrollo capitalista no debe sorprender. Cuando hay un sistema económico como el capitalismo que concentra riqueza y poder económico en las partes altas de la sociedad, no sorprende que este sistema se establezca exitosamente por un gobierno autoritario. Eso es tan cierto del gobierno central y como en el modo en que se organice la producción a nivel de la empresa.