“El muchacho nuevo” es la historia de un joven indígena del desierto (Aswan Reid). El muchacho es interrumpido por un policía también indígena cuando estaba aparentemente tratando de matar a un policía blanco en medio del desierto. Eso tal vez es una referencia alegórica al papel de los indígenas que fueron asimilados para ayudar los gobernadores coloniales en reprimir a las tribus indígenas que estaban resistiendo la colonización.
El chico es llevado a un hogar infantil ubicado remotamente y administrado por una monja católica, la Hermana Eileen (Cate Blanchett) con la asistencia de otra monja conocida como Hermana Mamá y un hombre mayor, George. La Hermana Mamá y George, como todos o la mayoría de los chicos también son indígenas o descendientes de indígenas.
El ambiente del hogar es suficientemente afectuoso aunque el castigo corporal es tolerado si no fomentado. Todos los demás chicos ya están inculcados por el catolicismo y sus estructuras jerárquicas de poder. No tienen lo salvaje, la inocencia y la capacidad física del nuevo chico, quien no habla inglés, nunca lleva camisa o zapatos, y quien usa su mano en vez de una cuchara para comer. Al nuevo chico nunca le dan un nombre inglés. Se sugiere Francis como posible nombre. Pero la Hermana Eileen decide que, por el momento, por lo menos, pueda seguir siendo llamado simplemente “el chico nuevo”.
El chico nuevo tiene una cualidad todavía más importante y única, la capacidad de generar poder espiritual frotando las yemas de los dedos juntas.
La película no está muy centrada en la trama. Más bien, desde el principio, escenas de la vida cotidiana en el hogar proporcionan el trasfondo para que la espiritualidad y las habilidades indígenas del Chico Nuevo se contrasten con los hábitos espirituales del catolicismo.
Por ejemplo, hay una referencia en la película a la serpiente que tentó a Adán, resultando en la caída del Edén y la pérdida de la inocencia. El chico nuevo, por otra parte, mantiene cierta inocencia, maneja las serpientes fácilmente y también permite que unas de ellas se deslicen por la estatua de Jesús.
El chico nuevo también poderes sanadores espirituales e incluso experimenta estigmas. En el misticismo cristiano, los estigmas resultan en marcas corporales o sangrados espontáneos en el cuerpo de una persona, emulando la crucificción de Jesucristo. San Francisco de Asís era bien conocido por su cercanía a los animales y la naturaleza, se dice que fue el primer estigmatizado.
El comportamiento y los aparentes dones espirituales del Chico Nuevo representan un reto para la Hermana Eileen. Ella reconoce su capacidad espiritual, tal vez hasta su divinidad. Pero no puede reconciliar estas cualidades en él con la doctrina católica, sus reglas diferentes en cuanto a los rituales y las normas aceptables de comportamiento “civilizado”. El desafía resulta en que ella se postra frenéticamente rezando su fidelidad a su Dios.
Finalmente, la espiritualidad del Chico Nuevo parece desaparecer en este nuevo entorno. Entonces, el tema principal de la película trata de la colonización, incluyendo el daño que la colonización espiritual causó a la espiritualidad y cultura indígena.
Es un tema que vale la exploración y la película, aunque no esté centrada en la trama, nunca es aburrida y es muy bella a la vista.
Pero un aviso pequeño a los de tendencia ateísta – la capacidad del Chico Nuevo de generar espiritualidad frotando las yemas de los dedos(y así produciendo una pequeña luz que zumba en el aire como un insecto), puede parecer demasiado como algo sacado de un dibujo animado o la serie “Sueño con Jeannie”, para evitar romper la licencia dramática.
Y aunque los poderes espirituales del Chico Nuevo parecen estar más cerca de la naturaleza, y menos jerárquicos que la postración culpable de la Hermana Eileen frente a su Dios Católico imaginario, son tal vez igualmente absurdos para los no creyentes.