Una rosa puede oler tan dulce con cualquier otro nombre. Pero el idioma, al parecer, es un fuerte marcador de identidad étnica o nacional.
Muchos países del mundo tienen leyes lingüísticas. Estas leyes podrán establecer uno o más idiomas nacionales oficiales. También pueden proteger el uso de lenguas minoritarias dentro de un país o parte de un país.
Hay dos ideologías enfrentadas que pueden ser la base de las leyes lingüísticas de un país. Ambas se relacionan con la cuestión de cuál es la mejor manera de fomentar la unidad nacional.
Un enfoque apoya el multiculturalismo y la diversidad. La idea es que las leyes lingüísticas que reconozcan o promuevan las lenguas minoritarias fomentarán la armonía nacional o, al menos, controlarán las tensiones étnicas o separatistas. Esto se debe a que las minorías sentirán una sensación de inclusión dentro de la nación en general. En la práctica, este enfoque puede proporcionar más de un idioma oficial en todo un país, o dentro de ciertas partes de un país, donde se usa ampliamente un idioma minoritario, o al menos brindar protección a los idiomas minoritarios en contextos específicos, como la educación, comunicaciones del gobierno o medios de comunicación.
Un segundo enfoque tiene como objetivo fomentar la unidad nacional a través de la asimilación: esta es la idea de que todos deben comunicarse en el mismo idioma. En la práctica, este enfoque puede exigir el uso de un solo idioma en la educación y en los servicios sociales, o al menos en los servicios gubernamentales y en los medios de comunicación. La idea es que un lenguaje común creará unidad cultural y permitirá una participación más plena de todos en la vida nacional.
In mi opinion la historia sugiere que el primer enforque tiene mayores perspectivas de éxito en el lago plazo.
Yugoslavia
Yugoslavia es tal vez un buen ejemplo para contrastar los enfoques diferentes.
Bajo el mando de Presidente Tito el país tenía una política de promover diversidad lingüística y proteger los derechos de idiomas minoritarios – quizás no usual para su epoca. La Constitución de 1946 reconocía varios idiomas oficiales inclusive el serbio, la croata, el eslovenio, el macedonio, y el montenegrino. Todos estos idiomas se usaban en las comunicaciones gubermentales oficiales, la educación y los medios de comunicación. El gobierno proveía financiamiento para el desarollo de estos idiomas inclusive las obras literarias.
Otros idiomas minoritarios estaban protegidos. El financiamiento era provisto para las escuelas e instituciones culturales que usaban lenguas minoritarias, inclusive, albano, húngaro, turco, romaní y otros. Estas lenguas también eran usadas para comunicaciones gubernamentales en áreas donde eran habladas. Las tensiones étnicas no fueron completamente eliminadas. Pero la política de lenguaje liberal los mantuvo controlados.
Slobodan Milosevic, Presidente de Serbia y después de Yugoslavia, trató de cambiar las leyes lingüísticas de Yugoslavia durante las décadas del 80 y del 90 como parte de una agenda nacionalista serbia más amplia. Él creía que el idioma serbio estaba amenazado por el reconocimiento de otros idiomas y trató de promover su uso al costo de los demás. El gobierno de Milosevic intentó imponer el lenguaje serbio como única lengua oficial en la provincia de Kosovo, ampliamente poblado por albanos étnicos quienes hablaban albano. Esta maniobra fue ampliamente opuesta por la población albana y otros grupos minoritarios de la región.
En respuesta a los cambios propuestos, los alumnos albanos organizaron protestas y huelgas en 1990, que fueron respondidas con fuerza por la policía serbia. La situación escaló en un conflicto violento entre los albanos y el gobierno serbio, que eventualmente terminó en la guerra de Kosovo en 1998.
Después de la ruptura de Yugoslavia muchas de las leyes de Milosevic fueron canceladas o modificados. Las constituciones de los nuevos países típicamente reconocían múltiples lenguajes oficiales, inclusive los idiomas de los grupos minoritarios, por ejemplo Bosnia y Herzegovina reconoció el bosnio, el serbio y el croata.
España.
España es otro ejemplo de dónde los dos enfoques diferentes han sido usados para promover la unidad nacional.
Bajo el mando de Franco, que gobernó desde 1939 a 1975, el uso de lenguas minoritarias en la vida pública, inclusive la educación, el gobierno y los medios de comunicación, estaba prohibido. Los niños eran castigados por hablar catalán, vasco o gallego en la escuela y estos idiomas estaban excluídos de los documentos oficiales y las señales públicas.
En la España contemporánea, mientras que la ley reconoce al castellano como lengua oficial en todo el país, también reconoce otros idiomas regionales como lenguas cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas. La ley establece el derecho de los ciudadanos a usar sus idiomas de preferencia en todos los contextos públicos y privados, y especifica las obligaciones de las instituciones públicas de garantizar el uso de las lenguas regionales. Los niños en regiones autónomas deben ser enseñados en castellano además en su lenguaje regional.
Las leyes lingüísticas forman parte de los acuerdos de autonomía más amplios para ciertas regiones en España, inclusive la capacidad de administrar y manejar recursos regionales, incluyendo recursos naturales, servicios públicos, financiamentos y la capacidad de promover y promover el patrimonio cultural, histórico y lingüístico.
A veces la autonomía regional se critica por hacer a España más difícil de gobernar, creando duplicación en responsabilidades de jurisdicción y fragmentación. Tendencias separatistas no han sido completamente eliminadas, especialmente en Cataluña, donde un movimiento independista muy fuerte aún se mantiene. En el país Vasco, al contrario, el movimiento separatista ETA, que previamente cometió actos graves de violencia y terrorismo, pronunció su disolución en 2018.
Ucrania y Rusia
Cualquier discusión sobre las leyes lingüísticas en Ucrania debe reconocer la historia larga de los intentos de represión de la lengua ucrania por parte de Rusia.
Durante la Rusia Zarista, el uso de ucranio era reprimido o castigado. Las escuelas del idioma ucranio fueron cerradas, e intelectuales ucranianos fueron encarcelados o exiliados. El poeta Taras Shevchenko (1814-61) fue castigado con exilio y servicio militar obligatorio por escribir poesía que parodiaba la opresión de Ucrania por Rusia, y profetizaba una revolución.
Después de la revolución bolchevique, Lenin al inicio veía la aceptación del lenguaje y cultura ucranios como un modo de aumentar el apoyo del bolchevismo entre la población ucrania. Pero después veía el nacionalismo ucranio como “estrecho y reaccionario” – una fuerza que debería ser subordinada a la lucha más amplia por el socialismo internacional.
Stalin enforzó una política de ‘rusificación’ que promovía el lenguaje y la cultura rusas, a través de diversas repúblicas soviéticas, y que resultaron en la supresión de lenguas y culturas minoritarias y la eliminación minoritarias del uso público. Eso, sin mencional la hambruna (conocida como Holodomor) que Stalin impuso deliberadamente en Ucrania entre 1932 y 1933 resultando en la muerte de hambre de millones de Ucranios. .
Khrushchev, líder de la Unión Soviética entre 1953 y 1964, liberalizó las leyes de lenguaje de la USSR. Sus intentos de “de-Stalinización” promovía más diversidad cultural y reconocimento de las lenguas minoritarias. En 1958 aprobó leyes que permitieron el uso de idiomas no-rusos en la vida pública, incluyendo en la educación, medios de comunicación y el gobierno. Sus reformas también resultaron en un énfasis más fuerte en cuanto al intercambio cultural. Pero estas políticas no fueron apoyadas por todos los dirigentes soviéticos.
En 1966, el sucesor de Khrushchev, Leonard Brezhnev introdujo nuevas leyes restringiendo el uso de idiomas no rusos en la vida pública. La ley necesitaba que el ruso fuera el idioma de instrucción en todas las escuelas, salvo las regiones donde los idiomas minoritarios eran predominantes. También requería que las comunicaciones gubernamentales fueran en ruso y limitaba el uso de los idiomas minoritarios en los medios de comunicación.
Durante este período la lengua dominante de instrucción en las escuelas en Ucrania era el ruso. El ucranio solamente se usaba en una cantidad limitada de escuelas, especialmente en zonas rurales en el Oeste, donde el ucranio era la lengua predominante.
Ucrania ganó su independencia en 1991. El artículo 10 de la constitución ucraniana de 1996, estableció el ucranio como el idioma oficial del Estado. Pero también estipulaba que el “el desarrollo libre, uso y protección del ruso y de otros idiomas en las minorías nacionales de Ucrania, están garantizados”.
El pro-ruso Viktor Yanukovych, presidente de Ucrania desde 2010 hasta que fue expulsado del poder durante la revolución Maidan de 2014, había introducido leyes en 2012 que aumentaban el uso del ruso y otros idiomas minoritarios en Ucrania.
Las leyes de Yanukovych permitían el uso de idiomas minoritarias en comunicaciones oficiales, educación y en los medios de comunicación en las regiones donde grupos minoritarios constituían más del 10% de la población. Eso significó que el ruso, tanto como idiomas como el rumano, húngaro y polaco, se podían usar junto con el ucranio en aquellas regiones. Estas leyes resultaron en protestas, con partidarios apoyando la protección de los derechos minoritarios y oponentes argumentando que las leyes eran un intento de debilitar al ucranio como la lengua ofician y fortalecer lazos con Rusia.
Después de la revolución Maidan de 2014, uno de los primeros actos del nuevo gobierno fue abolir las leyes de idioma de Yanukovych. Bajo la nueva ley, el ucranio tenía que ser usado en todas las comunicaciones gubernamentales y en la educación y en los medios de comunicación. Una ley de 2017 sobre la educación requería que ucranio sea el idioma principal en todas las escuelas entre los cursos 5to a 11vo. A partir de 2019, más leyes de lengua requerían por lo menos que el 75% de los programas de televisión y radio fueran en ucranio, y también por lo menos el 50% de los medios impresos. Entonces, por ejemplo, una revista de lenguaje ruso, tendría que incluir una cantidad equivalente de espacio, en la misma fuente, en ambos, ucranio y ruso.
A partir de enero de 2021, tiendas, cafeterías y estaciones de servicio y todas las otras empresas privadas tenían que proveer sus servicios a sus clientes en ucranio. Los negocios que cumplían con las nuevas reglas, podían recibir una multa de 200 dólares, aunque solamente se lo imponía después de violaciones repetidas. Bajo estas leyes, había que saludar a un cliente y darle servicios en ucranio. Si el cliente quería cambiar a otro idioma, el negocio podía dar este servicio en el idioma preferido del cliente. Pero todos aquellos quienes preferían recibir el servicio en ucranio ahora pueden exigir que los negocios cambien a él. Este video muestra a la dueña de un negocio de habla rusa, protestando:
En 2019 el Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNHCR) expresó su preocupación que las leyes exigiendo ucranio como idioma principal de instrucción en las escuelas pudieran restringir desproporcionadamente el derecho de usar idiomas minoritarios. El Comité Asesor del Consejo de Europa sobre el Marco de la Convención para la Protección de Minorías Nacionales, animó a Ucrania a asegurar que las lenguas minoritarias fueran protegidas y promovidas.
Hubieron varios factores que resultaron en la guerra en Donbas, que empezó en 2014. Pero las reformas lingüísticas post-Maidan pudieron haber influído muchos (aunque no todos) los residentes de hablar rusa en la región de Donbas, a sentir que su derechos lingüísticos fueron violados. Eso alimentó sentimientos separatistas. Putin pudo aprovecharse de eso.
Uno de los puntos de los acuerdos de Minsk de Febrero de 2015, que tenían como objetivo la terminación de la guerra en Donbas, era de dar más autonomía a las regiones en Ucrania. Si esta reforma hubiera sido adoptada, y si trataba de emular el modelo de las regiones autónomas de España, hubiera sido necesario cambiar las leyes lingüísticas para permitir más diversidad.
Pero los acuedos de Minsk no fueron mantenidos.
Al contrario, como este video muestra, la invasión rusa ha motivado rechazo generalizado de la lengua rusa por parte de muchos ucranios. Eso, más que cualquier ley iliberal sobre los idiomas podría haber conseguido jamás.